Los antiguos griegos tenían una gran cantidad de dioses del mar.
El filósofo Platón comentó una vez que los griegos eran como ranas sentadas en torno a un estanque: sus muchas ciudades abrazaban estrechamente la costa mediterránea, desde el continente helénico hasta Asia Menor, Cirene, Sicilia y el sur de Italia. Fue natural, por tanto, el desarrollo de una rica variedad de divinidades acuáticas. Los dioses del mar griegos incluyen desde poderes primordiales y un olímpico hasta héroes mortales, ninfas ctónicas, personajes tramposos y monstruos.
Resulta valioso estudiar estos dioses por varias razones. Primero, porque debido a que el mar fue una amenaza importante a lo largo de la historia griega, una gran cantidad de pensamiento moral, cosmológico y mitopoético envuelve a sus divinidades. Segundo, la amplia variedad y rareza de los dioses del mar griegos parece encerrar pistas sobre la prehistoria de la religión griega.
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